Nada sucede sin que Dios lo permita. Incluso las dominaciones...

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Nube
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Nada sucede sin que Dios lo permita. Incluso las dominaciones...

#1

Post by Nube »

(...) nada sucede sin que Dios lo permita. Incluso las dominaciones, desventuras sin par para un pueblo, de las cuales casi siempre se puede decir - si el pueblo se examina con rectitud - que el propio pueblo las ha querido, con sus modos de vivir contrarios a Dios. Acordaos de los Profetas. ¡Cuántas veces hablaron de esto! ¡Cuántas mostraron con los hechos pasados, presentes y futuros, que el dominador es el castigo, la vara del castigo en la espalda del hijo ingrato! Y ¡cuántas veces enseñaron cómo dejar de padecerlo!: volviendo al Señor. No es ni la rebelión ni la guerra lo que sana heridas y lágrimas y rompe cadenas; es el vivir como justos. Entonces Dios interviene. Y ¿qué pueden hacer las armas y las formaciones de soldados contra los fulgores de las cohortes angélicas luchando en favor de los buenos? ¿Padecemos opresión? Merezcamos que esto termine, con una vida propia de hijos de Dios.

No remachéis vuestras cadenas con nuevos pecados. No permitáis que los gentiles os crean sin religión, o más paganos que ellos por vuestro modo de vivir. Sois el pueblo que ha recibido de Dios mismo la Ley. Observadla. Haced que hasta los dominadores se inclinen ante vuestras cadenas diciendo: "Son personas sometidas, pero más grandes que nosotros; su grandeza no está en el número, en el dinero, en las armas, en el poder, sino que viene de su procedencia de Dios. Aquí brilla la divina paternidad de un Dios perfecto, santo, poderoso. Aquí se ve el signo de una verdadera Divinidad. Se trasluce en sus hijos".

Haced que mediten en esto y accedan a la verdad del Dios verdadero abandonando el error. Todos, incluso el más pobre, incluso el más ignorante del pueblo de Dios, pueden ser maestros para un gentil, maestros con su manera de vivir, y predicar a Dios a los paganos con las acciones de una vida santa.
Idos. La paz sea con vosotros. (...)

(Fragmento extraido de la obra "El evangelio como me ha sido revelado", Maria Valtorta, Primer año de la vida pública, capítulo 86. "El encuentro con el soldado Alejandro en la Puerta de los Peces.")

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Re: Nada sucede sin que Dios lo permita. Incluso las dominaciones...

#2

Post by Nube »

Esa cita me parece muy importante para comprender muchos por qué de los tiempos que vivimos y las cosas que nos toca ver. Particularmente ahora el mundo (salvo algunas regiones privilegiadas) se encuentra bajo una dominación por la religión de la masonería, que con gradualismo y solapadamente va comenzando a mostrarse (en su naturaleza dominadora) tal como es. Esta es una religión luciferina, que simula ser no-religión (incluso para muchos de sus propios miembros, lo que es en cierto punto cómico), y va preparando su dominio global a través de lo que han denominado "Nuevo Orden Mundial". Ya fue explicado (*) que la Bestia que se nombra en el Apocalipsis corresponde a esta religión de la masonería, y esos son los tiempos que nos toca transitar a los que estamos vivos hoy.

Pero no podemos desentendernos que este dominio del anticristo es también permitido por Dios por una causa: El Pueblo de Dios le dio las espaldas a su Dios, dejó las virtudes afuera y se volvió hacia los vicios. Vino a ser un pueblo de tibios e indiferentes hacia la vida de los inocentes e indefensos (aborto). Son demasiado pocos quienes ayunan, oran y hacen obras de misericordia y penitencia.

Entonces es sencillo comprender que Dios en su justicia (porque como nos dice a través de sus profetas, Dios no es sólo misericordia sino también justicia) permite estas dominaciones como castigo de su pueblo, y con el propósito de que mas personas puedan tomar conciencia y cambiar su conducta al toparse con los dolores propios del castigo.

También se podría decir que en el propio castigo se pueden apreciar señales de las faltas cometidas del pueblo hacia Dios, porque como afirman las escrituras, Dios atrapa a los sabios en su propia astucia (Cf. Job 5, 13; 1 Co. 3,19). De este modo vemos que la inacción o indiferencia de muchos hacia la vida de los inocentes indefensos que requerían necesariamente que otros les defendieran deviene en que los primeros también quedan en situación de indefensión, con riesgos a su propia vida, ante lo cual, y demostrando su propia hipocresía, sí se ponen en movimiento valiéndose de todos los recursos que tienen disponibles a modo de intentar conservarla. Por el pecado del aborto por si solo, y su gran difusión en el mundo es que podemos encontrar seguramente muchas causas de los males que vivimos y padecemos actualmente.

La cuestión de interés entonces viene a ser, ¿una vez que somos puestos dentro del castigo, tomamos conciencia que nos apartamos de Dios y que debemos volver a Él, que esto únicamente es necesario para frenar los castigos, y no el rebelarse, el buscar vencer al enemigo con armas tradicionales o con sus propias armas? En mi opinión personal, la humanidad no ha llegado aun a este punto de maduración espiritual, sólo se quiere que el castigo se vaya para continuar en el vicio y el pecado, y esto no se va a lograr por las razones ya expuestas. Al apreciar esta situación entonces podemos comprender que el castigo no se irá en lo mediato, sino que continuará, precisamente porque ante el castigo no estamos mejorando como humanidad sino que nos mantenemos igual o peor.

Sin embargo, mas allá de la cuestión penosa de la dominación, que hoy viene de parte de la masonería (ayer podría decirse del imperio romano), es cierto que los cristianos podemos seguir trabajando para el Reino de Dios, independientemente de la situación que nos toque vivir como parte del castigo. Un pasaporte sanitario, forzarnos a quedarnos encerrados en nuestras casas o cualquier otro mal, no nos impide el poder mirar al cielo y hacer nuestras oraciones, ofrecer los dolores y penas en reparación de nuestros pecados y los de la comunidad, etc. Siempre hay algo útil para hacer y laborar en la Viña del Señor y esa es la actitud que nos librará eventualmente del dominador.

(*) Explicado por María Santísima al Padre Gobbi, mensajes de 1989

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